lunes, 28 de septiembre de 2020

OBRA DE TEATRO: PADRES DE OCTUBRE 2020

 

Guión: Remigio Remedy Actuación: Pamela Villalba, Cristian Aros yRemigio Remedy Musical: Sergio Cornejo Archivo fotográfico y audiovisual: Folil Pueller Diseño gráfico: Tanya Brodsky Idea de vestuario: Veronica Navarro Montaje audiovisual y postproducción: Sergio Sánchez  Dirección general: Claudio Pueller  Funciones 2 y 9 de octubre, 21:00 horas. Informaciones: www.teatrodelpuente.cl

  “Padres de octubre”

Guión: Remigio Remedy
Actuación: Pamela Villalba, Cristian Aros yRemigio Remedy
Musical: Sergio Cornejo
Archivo fotográfico y audiovisual: Folil Pueller
Diseño gráfico: Tanya Brodsky
Idea de vestuario: Veronica Navarro
Montaje audiovisual y postproducción: Sergio Sánchez
Dirección general: Claudio Pueller
Funciones 2 y 9 de octubre, 21:00 horas.
Informaciones: www.teatrodelpuente.cl



Reflexiones a partir de la obra “Padres de octubre” 
por parte de Manuel Joaquín González Sánchez
Estreno 2 de octubre, 21:00 horas. www.teatrodelpuente.cl 

El título de la obra PADRES DE OCTUBRE (en un formato distinto al del teatro tradicional), dirigida por Claudio Pueller, me lleva ipso facto a pensar/recordar (en forma aleatoria) hechos acontecidos en el mes de octubre a lo largo de la historia de la humanidad: Mao Zedong proclama la República Popular China. Nace Mohandas Karamchand Gandhi, conocido como “Mahatma Gandhi”. Es asesinado Ernesto “Che” Guevara. Colón desembarca en el “Nuevo mundo” (y se inicia la debacle de las culturas aborígenes). Se inicia la “revolución de octubre” en la Rusia zarista. Nace Friedrich Nietzsche, etc., etc. Y en Chile, entre las muchas celebraciones de octubre, pienso en el “día del profesor” y en el día del “ejecutado político”.

¿Qué tiene que ver esto con la obra en cuestión? Octubre es un mes de cambios positivos y negativos; de idas y venidas; de recuerdos y proyecciones; de arrepentimientos y propuestas. Y esto es, en su temática más profunda, la historia que nos narra “PADRES DE OCTUBRE”, que se inicia en el llamado “estallido social” en Chile y que continúa durante los meses de pandemia.


DE LA TRAMA Y LOS PERSONAJES 

Un matrimonio típicamente “atípico”, con un hijo y una hija, que viven separados, pero juntos; que se comunican a través de las nuevas tecnologías; que tienen encuentros amorosos semi clandestinos con las deficiencias amorosas del pseudo macho proveedor, producto del cansancio socio existencial; con unos hijos “independientes/dependientes”, deviene “mostrar” el desastre en que ellos viven: una familia fracturada como consecuencia de la “inconsecuencia” de sus padres en la contención y en la vivencia de sus ideales de juventud y que no han logrado sembrar en su hijos esos arquetipos.

Es significativo considerar el espacio en que se desarrolla la acción. Sofía y Carlos, el matrimonio en cuestión, situados y “sitiados” en un espacio claustrofóbico, intentan comunicarse haciendo uso de las nuevas tecnologías y soportes comunicativos: celular, notebook, whatsapp, Zoom.
 
Ella, Sofía, anclada en su cuarto/taller de artista artesanal, pero universitaria, intentando vivir en un tiempo que ha cambiado y que sólo “ve” desde la teoría, desde las noticias que le informa su hijo Raimundo, quien construye su propio vuelo existencial. 

Él, Carlos, un arquitecto arribista y fracasado (está dedicado a instalar antenas de telefonía), en la cocina de la casa, no logra darse cuenta que, aunque se haya cambiado de barrio, sigue siendo un ser amargado e intelectualmente castrado. Un ser neurótico, esclavo de su hija (a la que nunca vemos y que vive adosada a la “matrix”), un ser que cree que el amor está fundado en tener relaciones sexuales tres o cuatro veces al mes, sin importarle lo que su esposa pueda sentir. Para él solo es válido el “mete saca” y sería todo.

Raimundo, el hijo, vive su propio periplo de vida, involucrándose como un “testigo”, más que un activista en ejercicio en las acciones de protesta del estallido de octubre. Informándola a su madre de lo que está aconteciendo vía whatsapp y criticando a su padre que se ha vendido al sistema.

Violeta, la hija fantasma que, en el decir de la madre, es una niña “encerrada matando zombies”. Un ser amorfo, sin contenido social; subsidiaria del computador y, por ende, de  la matrix. Que consume alimentos procesados y que deja ver en el ataque al padre, una conducta violenta y disociada.


ALGUNOS LINEAMIENTOS DE LA OBRA

Sofía y Carlos, de “compinches” universitarios y de ideales políticos, terminan siendo distópicos. Ella anclada en su pasado “hippie” (en el decir de Violeta) tratando de preservar los valores primarios de su matrimonio y familia. Él, arquitecto fracasado, arribista, de lenguaje adolescente, burlón y grosero, está convencido que cambiarse de barrio y tener un poco más de dinero le permitirá ser “FELIZ” y darle “FELICIDAD” a su familia.

Ambos creen tener la razón en su modo de ser y en su modo de estar: Sofía soñando con revivir ese amor juvenil universitario; con libertad para ser y soñar. Haciendo caso omiso a los intentos de conquista por parte de un fantasmal y alcohólico Horacio. Pero eso sí: preocupada del devenir y del ser de su hijo Raimundo y de su enclaustrada hija Violeta. Carlos, creyendo que aún es un “gran macho eyaculador”, pero que no es capaz de reconocer que es un hombre en decadencia. Convencido que puede “conquistar” a Sofía (sólo para tener sexo) regalándole una botella de champan, mientras él, como un nuevo (falso) rico, bebe whisky Chivas Regal e incapacitado de aceptar que es un eyaculador precoz. Un ser celoso de un fantasmal Horacio. 

Al parecer, y en una divagación personal, siento que los fantasmas de   Shakespeare se hacen presentes en esta obra de temática tan actual, pero al mismo tiempo tan ancestral. Y cuando digo fantasmas, no sólo me refiero a Violeta y a Horacio, sino también a lo que los personajes recuerdan: vida universitaria, protestas en tiempos de la dictadura, Villa Frei (obra emblemática de las viviendas y la forma de vida de sus habitantes en Chile), recuerdos de amores, etc.

Sofía, Carlos: ¡Despierten! ¡Salgan de la matrix que tiene distintos colores y haceres!

Raimundo, ¡cuídate! No vayas a quedar ciego por los disparos de los pacos.
Violeta: ¡Libérate de tu matrix computacional! Afuera hay un mundo distinto lleno de árboles, pájaros, seres humanos que ríen, lloran, cantan y aman.

Manuel Joaquín González Sánchez



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